jueves, 8 de enero de 2009

A PROPOSITO DE ALGUNOS PROGRAMAS DE LOS 80 EN LA TELE.....

Y si te han contado que todo era maravilloso, pendejo, que todos ibamos al Omnium a tomar un coctel con la chasquilla enlacada y usabamos esa ropa estupida que salía en los comerciales. Si te han dicho que esa época fue la mas taquillera en estéticas del ropaje, que las nenas eran iguales a la Bolocco con las hombreras Farah Fawcett, que los chicos bailaban Jackson y Depeche Mode en la disco no se cuanto del barrio alto y se juntaban en el Apumanque a tirar pinta con sus blujines nevados. Que se veían una y otra vez tal pelicula gringa y amabamos "Los Ángeles de Charlie". Que todos éramos imbeciles, rubiecitos y danzabamos al compás de las botas. No te la creas huevon. Porque había otro Chile, ochentista y allendista, donde ser artesa era buena onda, donde usar lana peruana era disidente y decente, donde oler a pachulí y colorearnos de lila era una contraseña.Porque teníamos que contrarrestar a esa patota famosa de la tele miliquera. Entonces, bienvenidos los hippies lanas y las ferias artesanales donde sonaba Silvio, bajito, despacito.Bienvenida la ropa hindú y el pelo largo, bien largo, hasta la cintura, como lo soñaba en mi utopia ochentista.Y fumabamos pitos de Los Andes escondidos de los pacos y nos sentíamos protestando por esa mierda chilenosa que a otros gustaba tanto. También estaba el rock. Antes de los Prisioneros siempre estuvo el rock, sobreviviendo a la dictadura bajo las piedras. Por allá Tumulto o Arena Movediza y su rabioso metal Zeppelin, replicando disidente en la disco Klimax, de Alameda abajo. Aun no se armaba la contracultura del underground matucanero. Apenas unos cuantos poetas beatniks leyendo sus versos en peñas oscuras. Allí vivíamos la pequeña patria proscrita con toda su llorosa y setentona emoción. Mientras, los otros estaban Plaza Italia arriba, en derechotas fiestas de trastoque. A ellos no les pasaba nada, no andaban con el poto a dos manos pegando afiches de Neruda. Tampoco bajaban del Bowling porque le tenían asco al pueblo lana que se armaba de molotov en alguna universidad con los ojos rojos de vino en caja. Así fue, viejo pituco que ahora quieres instalar tu ochentero recuerdo eunuco, fome y sin causa.Los ochenta comenzaron de abajo, como murmullo de quenas y guitarras tristes. No había nada que celebrar en esa escena de crímenes y torturas. No había nada que festejar bajo la pista iluminada del show pinochetero de Don Francisco. Era un país agrio, amordazado y tímido, que veía en la pantalla al acartonado Maluenda vitoreando a sus fuerzas armadas en el show de la una. El viejo hipócrita Maluenda, animador de la cueca uniformada. El mismo que aparece hoy en la pelicula "Tony Manero", casi homenajeado por el director de su recuerdo infantil. Puaj, vomito de copihues era la patria por entonces. ¿Donde estabas tu?, cantaban Los Jaivas, y hoy te pregunto lo mismo directorcito. "Donde estabas tu". Ni aunque hagas mil peliculas de la dictadura se nos olvidara esa canción. "Donde estabas tu". Hay algo que no viviste, rubiecito, y es tarde para las explicaciones cinematográficas. La memoria es un caracol que se cierra en su concha inexcusable. Ocurrió tal cual, nosotros aquí y ustedes allá, como si no existiera la tiranía. Siempre de jarana burbujeando en Tom Collins, en el Pub Casamila, en la disco Hollywood y toda esa mierda jubilosa. Nosotros éramos amargos y teníamos susto. También bailábamos, nos volábamos, y a veces estábamos contentos pero con pica. Movilizadamente iracundos. La onda disco sonaba en las radios y en las peñas el canto nuevo.Llegaron los ochenta como un cometa ardiendo la batalla campal, la primera protesta, la movilización estudiantil, a desentumir el miedo, mierda. También había rock, siempre hubo rock y verde macoña urgente. En la tele los señoritos se hacían los rebeldes bailando a Scaramelli, Juan Antonio Labra, Andrea Tessa y otros jamones podridos que mejor no recordar. "Detras de las paredes", guitarreaba un chascon y en un cassette carreteado respiraba Violeta. Así fueron los comienzos de una década inolvidable por su contorsión política. Una década que estrenaba sus rabias en aquel blindado amanecer.
Pedro Lemebel




1 comentario:

Anónimo dijo...

Y en los liceos técnicos donde ibamos a estudiar de noche había sargentos de marina que también "estudiaban"....como pasó en el Industrial de Higueras, Talcahuano en el año 84 y 85...